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sábado, 9 de febrero de 2013

La aljama de Berlanga de Duero

La Villa de Berlanga de Duero se situó en un lugar privilegiado desde un punto de vista estratégico durante la reconquista, ya que está en la entrada de las sierras que limitan la meseta castellana de Soria y la Alcarria. Por eso, durante la edad media fue un lugar muy codiciado tanto por las tropas musulmanas, ya que desde allí podían lanzar sus correrías por la llanura, como por los cristianos en su camino hacia el sur de la península.




Pero la antigüedad de Berlanga deDuero se remonta a época romana, en la que se funda la colonia con nombre “Augusta Valeránica” en honor al emperador Valerio, aunque hasta la fecha no se han encontrado restos arqueológicos que sustenten este origen. De este nombre evoluciona al actual, Berlanga, tal como escribe el arzobispo Jiménez de Rada, quien al referirse a la villa, siempre repetía: "Valeranicam quae nuc Berlanga dicitur".

Parece que durante la época de dominación visigoda la población no tuvo mucha importancia, ya que no es hasta finales del siglo X cuando se tienen noticias del Castillo de Berlanga que formaba parte de la línea defensiva de fortificaciones musulmanas junto con la fortaleza Califal de Gormaz, la atalaya de Rello o las fortalezas de la Riba deSantiuste o Atienza.


Indica Juan Manuel Bedoya en sus Memorias históricas de Berlanga que cuando se produjo la invasión invasion árabe “cu Uerlauga quedaron mezclados con los cristianos no sola, moros sino tambien judíos que poco á poco se fueron unos y otros conviniendo ínnes- 1ra sania fe, unos de corazon y otros fingidamente desde que á lUlimos del siglo XV los comenzó á perseguir el nuevo tribunal de la inquisicion desconocido antes en Castilla”. Lo que nos indica que ya en época de dominación visigoda, y quien sabe si antes, ya existía población judía en Berlanga.

Por la situación de estar entre fronteras, Berlanga es saqueada y destruida durante un largo periodo de tiempo tanto por tropas musulmanas como por cristianas, quedando prácticamente asolada y en muchas ocasiones despoblada.

Tras la conquista por Almanzor de la orilla sur del Duero, Berlanga fue de nuevo habitada por musulmanes hasta que Fernando I de León y Conde de Castilla la vuelve a conquistar lanzando sus tropas desde el Castillo de Gormáz tras la huida de los árabes que por miedo a ser sitiados, abandonan la población.




Parece que Berlanga fue de nuevo tomada por los musulmanes hasta su conquista definitiva por Alfonso VI en 1080, preludio de la conquista de Toledo y el fin de la marca, y que la donó al Rodrígo Díaz de Vivar, "el Cid" en 1089, según cuenta el Padre Minguella: " El Cid fue el primer señor de la villa al serle entregada por Alfonso VI por juro de heredad”. 


l Cid, como primer "alcaide" cristiano de la villa, permitió la repoblación de la villa por judíos y moriscos, siendo protegidos por él, pero no fue hasta que la villa pasara a las manos aragonesas de Alfonso I de Aragón en 1108 cuando la repoblación se hizo más efectiva, al igual que el resto de tierras sorianas.

Parece que fue en este momento en el que se empezó a conformar la comunidad judía de Berlanga, que en el siglo XIII llegó a sostener hasta cien familias. En los repartimientos del «servicio y medio servicio» de los judíos de Castilla de 1484, 1485, 1490 y 1491 en la Villa de Berlanga se recaudan entre 500 a 1000 maravedíes, lo que nos indica claramente que la comunidad hebrea en la población no fue de un tamaño demasiado grande en comparación a las cercanas de San Esteban de Gormaz, Medinaceli o Sigüenza, y, casi la cuarta parte que la de Almazán, pero muy superior a la de Burgo de Osma. Cuando se analizan estos datos siempre hay que aclarar que no existe una relación lineal entre el aporte y la población, y que en bastantes ocasiones se dio que grandes aljamas aportaron menos que otras de menor población, por lo que la comparación debe hacerse de manera relativa. Según Valero Hernández, en 1490 vivían unas ciento cincuenta familias judías en esta villa.

También hay que indicar que esta aljama solía tributar con los judíos de Fuentepinilla y de Tajueco, por lo que el número de familias judías en Berlanga es aun inferior a la que podría parecer en un primer instante. Hay documentación que además indica que hacia 1470 familias judías de estas tres localidades fueron a vivir a otras localidades cercanas, como Andaluz, Velamazán y Atienza. Esto además, puede ser una de las razones por las que el apellido Yubero, de claro origen judío por la deformación de Yudería a Yubería y de ahí Yubero al perteneciente a esa Yubería, esté muy extendido en esta comarca.


La judería de Berlanga de Duero, según relatan Blas Taracena Aguirre y José Tudela de la Orden en el libro “Guía artística de Soria y su provincia”, se extendía, pasada la puerta de Aguilera, desde el llamado Mirador de las Monjas (que podría ser el Convento de las franciscanas concepcionistas, aunque este no fue construido hasta bien entrado el Siglo XVI) hasta el Jaráiz, o sea, el lagar, que podría ubicarse en el extremo sur de de Berlanga, sin que sepamos tampoco su situación exacta. 



Lo que sí está claro es que la judería ocupó una zona en la que hoy en día se conservan calles cuyos topónimos nos permite ubicarla. Las calles de Yubería Baja y Yubería Alta son dos de las calles que sin lugar a dudas nos evocan a la comunidad judía, tal como hemos comentado antes.


Ver La Judería de Berlanga de Duero en un mapa más grande

Estas calles además, están muy próximas al convento de franciscanas concepcionistas, donde según Valero Hernández se ubicó la sinagoga sin que se haya confirmado ni documental o arqueológicamente hasta la fecha esto.



Mientras duró la tolerancia, desde la promulgación de las Siete Partidas en el Siglo XIII durante el reinado de Alfonso X, la comunidad judía vivió en una relativa calma con el resto de población cristiana y morisca en Berlanga de Duero. No hay documentada ninguna agresión de importancia a esta comunidad durante el Siglo XIV o el Siglo XV, aunque es probable que hechos como los ataques de 1391 a comunidades judías pudieran haberse producido.

Ya hemos comentado que aunque la población judía en la provincia de Soria no fue muy numerosa, hay un dato bastante interesante, y es que si fue alto el número de procesosinquisitoriales por judaizar que se dieron en la provincia tras la expulsión de 1492. Casi 600 casos procesos inquisitoriales se dieron durante el siglo XVI entre las villas de Almazán, Medinaceli y en la propia Berlanga casi una cincuentena, entre 1492 y 1539, según Francisco Cantera Burgos, entre ellos el de María Nuñez

De origen gótico para marcar el carácter de villa, y presumiblemente utilizado durante las ejecuciones inquisitoriales, hay a la entrada de Berlanga, en la zona llamada eras de la Soledad, una picota o rollo con el escudo de la villa. 


Cuenta Juan Manuel Bedoya en sus Memorias históricas de Berlanga que aún en 1775 se podían ver en la Colegiata lienzos, o sambenitos, que tapizaban el muro de la puerta norte donde se podían leer los nombres, apellidos y fecha de los judíos condenados por el tribunal de la Inquisición. Sin embargo, Florentino Zamora, refiriéndose a esto, relata que dichos lienzos, debido a que eran motivo de burla para los vecinos cuyos antepasados fueron objeto del tribunal de la Inquisición, lograron que estos acabaran en la hoguera, perdiéndose sin duda esta fuente documental para el estudio de la población conversa de la villa y de la provincia de Soria.


Bibliografía:
[1] El pasado judío deBerlanga de Duero. Ricardo Muñoz Solla. Convivencia de culturas y sociedades mediterráneas, 2004, ISBN 84-9769-069-9 , págs. 75-90.
[2]  Encuentros Judaicos de Tudela (5. 2002) Cristianos, judíos y moros en Berlanga de Duero. Francisco J. Jiménez Caraballo. Celtiberia, ISSN 0528-3647, Año nº 54, Nº 98, 2004 , págs. 41-62. 
[3] Guía artística de Soria y su provincia. Blas Taracena y José Tudela. Madrid. Revista de Occidente, 1962.

lunes, 7 de enero de 2013

La Aljama de Medinaceli

La localidad Soriana de Medinaceli fue conquistada en el año 153 a.c. por las tropas romanas, según cuentan las crónicas del historiador Apiano; los romanos someten a los moradores celtíberos de Occilis, convirtiendo este enclave en un punto importante para el  control de la vía que unía Caesaraugusta (Zaragoza) con Emerita Augusta (Mérida), a través de Toletum (Toledo) y otras secundarias que la unían con Tiermes, Uxama (Osma) y Numancia. Su localización en lo alto de un cerro la hacía poder controlar este paso por el valle del Jalón. La presencia romana en Medinaceli, queda bien constatada con el impresionante Arco, parte de la muralla, restos de la calzada o mosaicos y elementos decorativos que salpican la localidad y que ha sobrevivido a las acometidas del tiempo.


Fueron los romanos los primeros que empezaron a explotar las salinas de la zona, construyendo las primeras albercas para la obtención de sal, moneda de cambio de aquel entonces, y algo que marcará la historia de Medinaceli hasta casi el siglo XXI.  
No es hasta la invasión musulmana, cuando Medinaceli vuelve a adquirir cierta importancia. De hecho, el nombre de la ciudad que ha llegado hasta nuestros días tiene un claro origen árabe; las crónicas árabes la denominan Medina Talmeida (ciudad de la mesa) y después Madinat Salim (ciudad fundada por Salim ibn Waramad), de donde derivará a Medinaceli. De estos topónimos surge la extendida leyenda que cuando Tariq derrota a Rodrigo en la Batalla de Guadalete, la legendaria Mesa de Salomón es llamada a Medinaceli, adquiriendo por eso el nombre de la Ciudad de la Mesa, o que Madinat Salim es una deformación de Madinat Shelim, Ciudad de Salomón, en clara alusión de nuevo a la Mesa de Salomón.
Ante el avance de las tropas cristianas a finales del siglo IX, Medinaceli se convierte en la capital de la “MarcaMedia”, quedando las fronteras establecidas a lo largo del río Duero. Desde aquí, Galib como Almanzor lanzan campañas y razias hacia las tierras cristianas, protegiéndose en Medinaceli por su fuerte carácter defensivo casi inexpugnable. Con la caída de Toledo en 1085, Medinaceli se convierte en el único bastión musulmán que aun perdura  del otro lado del Tajo. No fue hasta el 1123 en el que Alfonso I de Aragón, llamado “El Batallador” toma la ciudad. De esta época, aun perduran una parte de las murallas, el Arco árabe y la Alcazaba.



La etapa medieval deja la huella más profunda, destacando el trazado de las calles y las casas blasonadas, así como el Palacio de los Duques de Medinaceli que preside la gran Plaza Mayor con soportales donde también se sitúan la Casa del Consejo y la Alhóndiga.


La primera noticia de la existencia de judíos en Medinaceli se extrae de un documento fechado en 1187, en el que se describe como un judío local, se compromete a recoger la sal y entregar la mitad al arcediano de Sigüenza, y como transcurridos cuatro años, tuvo que entregarlo todo a la catedral. Y es que como indica el gran hebraísta Francisco Cantera Burgos, las actividades principales de los judíos en la provincia de Soria fueron las de prestamistas, arrendadores de rentas, cobradores de las mismas, mercaderes (especialmente en el comercio de lanas, paños y ganados) y de salineros en Medinaceli.


View La Judería de Medinaceli in a larger map

La judería de Medinaceli se puede situar en la proximidad de la muralla, al noreste del entramado urbano, entre el Palacio Ducal hasta  a la Iglesia o Beaterio de San Román, teniendo como vía principal la calle de San Román, antigua calle de la Sinoga o Sinagoga, y es que esta calle que parte de la misma plaza mayor llega directamente hasta esta iglesia, razón esta por lo que se ha identificado desde un principio como la posible antigua Sinagoga de la villa y por los estudios de autores como Blas Taracena, José Tudela y Francisco Cantera.



Aunque no existe documentación escrita, si se observa que la planta de la Iglesia de San Román es muy diferente a las de construcciones de su época, de estilo románico, y si que responde a la tipología de las sinagogas que se edificaron los templos judíos de esa época. De planta rectangular, sin ábside ni presbiterio, se distribuye en tres naves separadas por gruesas columnas sobre las que descansan bóvedas de crucería, lunetos y cúpulas hemisféricas y elipsoidales, todo ello desgraciadamente revestido y oculto con yeserías. En julio de 1980 se descubrieron restos de los siglos XIII-XIV y se observó claramente que sobre ellos estaba una viguería de otro templo anterior que debió ser la sinagoga, y de los que se conservaban cuatro arcos apuntados que fueron cerrados en el XVIII.



El exterior es de piedra con tres contrafuertes en talud que parecen soportar el empuje de muro, con una puerta de acceso de medio punto y ventanas adinteladas distribuidas sin lógica por los muros. Sólo una espadaña de estilo renacentista nos indica de la función que tuvo hasta hace poco. El historiador Nicolás Rabal informa que dejó de ser parroquia a mediados del siglo XVI. Posteriormente se convirtió en Beaterio manteniendo su culto hasta el último tercio del siglo XX, cuando la congregación de jerónimas que lo habitaba, se trasladó a tierras andaluzas.
En la actualidad debido a su estado, no es posible su visita.


Junto al Beaterio de San Román, se puede visitar una nevera que para unos es árabe y para otros judía por estar situado en este barrio.


En 1124 Alfonso I “el Batallador” concede elFuero de Medinaceli. La única alusión a la población judía en este fuero es la que indica que “Vecino non tenga voz si non de moro o de judío” que se interpreta como la superioridad del cristiano sobre los hombres de las otras religiones. Existió durante la edad media la obligación de que fueran los judíos medinenses los encargados de reparar la muralla desde el arco romano hasta la Puerta de la Coz (Hoy en día desaparecida). En 1248 nacía en esta villa el gran cabalista Yosef ha-Qatán bar Abraham Chiqatela, más conocido como YosefChicatilla,  autor de Ginnat’egoz y del Shaaré Orá, y escribió sobre los atributos de Dios, los nombres divinos y las Sefirot. Fue llamado el “divino cabalista” y considerado un taumaturgo.
Hoy en día, la totalidad de esta parte de la villa ha desaparecido bien por el abandono o ha sido sustituido por construcciones más recientes. Incluso parece que la judería estuvo separada del resto de la villa, pues hay documentos que mencionan la existencia de un vano de paso o arco, llamado “sassa juderías”, pero que hoy se desconoce su ubicación.


Aunque las juderías sorianas no llegaron a tener un gran protagonismo durante los últimos años de los judíos en Castilla, llama mucho la atención el elevado número de judeoconversos y judaizantes que incluso antes de la firma del edicto de expulsión habitaban en las localidades sorianas de Almazán, Berlanga de Duero o Medinaceli, con un alto número de autos de fe y juicios por parte de la inquisición en esta parte de Castilla. En los repartimientos de Medinaceli, se constata que durante los últimos años antes de su expulsión, el pago fue similiar al de las juderías de Sigüenza o Atienza.

Bibliografía:

[1] Juderías medievales en la provincia de Soria. Cantera Burgos, Francisco. Homenaje a Fray Justo Pérez de Urbel, Silos, año 1976, páginas 445 a 482.
[2] La comunidad judía y losprocedimientos judiciales en la Baja EdadMedia. Fernando Suárez Bilbao. Profesor del Colegio Universitario Ramón Garande. Universidad Complutense