La Villa de Berlanga de Duero se situó en un lugar privilegiado desde un punto de vista estratégico durante la reconquista, ya que está en la entrada de las sierras que limitan la meseta castellana de Soria y la Alcarria. Por eso, durante la edad media fue un lugar muy codiciado tanto por las tropas musulmanas, ya que desde allí podían lanzar sus correrías por la llanura, como por los cristianos en su camino hacia el sur de la península.
Pero la antigüedad de Berlanga deDuero se remonta a época romana, en la que se funda la colonia con nombre “Augusta Valeránica” en honor al emperador Valerio, aunque hasta la fecha no se han encontrado restos arqueológicos que sustenten este origen. De este nombre evoluciona al actual, Berlanga, tal como escribe el arzobispo Jiménez de Rada, quien al referirse a la villa, siempre repetía: "Valeranicam quae nuc Berlanga dicitur".
Parece que durante la época de dominación visigoda la población no tuvo mucha importancia, ya que no es hasta finales del siglo X cuando se tienen noticias del Castillo de Berlanga que formaba parte de la línea defensiva de fortificaciones musulmanas junto con la fortaleza Califal de Gormaz, la atalaya de Rello o las fortalezas de la Riba deSantiuste o Atienza.
Indica Juan Manuel Bedoya en sus Memorias históricas de Berlanga que cuando se produjo la invasión invasion árabe “cu Uerlauga quedaron mezclados con los cristianos no sola, moros sino tambien judíos que poco á poco se fueron unos y otros conviniendo ínnes- 1ra sania fe, unos de corazon y otros fingidamente desde que á lUlimos del siglo XV los comenzó á perseguir el nuevo tribunal de la inquisicion desconocido antes en Castilla”. Lo que nos indica que ya en época de dominación visigoda, y quien sabe si antes, ya existía población judía en Berlanga.
Por la situación de estar entre fronteras, Berlanga es saqueada y destruida durante un largo periodo de tiempo tanto por tropas musulmanas como por cristianas, quedando prácticamente asolada y en muchas ocasiones despoblada.
Tras la conquista por Almanzor de la orilla sur del Duero, Berlanga fue de nuevo habitada por musulmanes hasta que Fernando I de León y Conde de Castilla la vuelve a conquistar lanzando sus tropas desde el Castillo de Gormáz tras la huida de los árabes que por miedo a ser sitiados, abandonan la población.
Parece que Berlanga fue de nuevo tomada por los musulmanes hasta su conquista definitiva por Alfonso VI en 1080, preludio de la conquista de Toledo y el fin de la marca, y que la donó al Rodrígo Díaz de Vivar, "el Cid" en 1089, según cuenta el Padre Minguella: " El Cid fue el primer señor de la villa al serle entregada por Alfonso VI por juro de heredad”.
l Cid, como primer "alcaide" cristiano de la villa, permitió la repoblación de la villa por judíos y moriscos, siendo protegidos por él, pero no fue hasta que la villa pasara a las manos aragonesas de Alfonso I de Aragón en 1108 cuando la repoblación se hizo más efectiva, al igual que el resto de tierras sorianas.
Parece que fue en este momento en el que se empezó a conformar la comunidad judía de Berlanga, que en el siglo XIII llegó a sostener hasta cien familias. En los repartimientos del «servicio y medio servicio» de los judíos de Castilla de 1484, 1485, 1490 y 1491 en la Villa de Berlanga se recaudan entre 500 a 1000 maravedíes, lo que nos indica claramente que la comunidad hebrea en la población no fue de un tamaño demasiado grande en comparación a las cercanas de San Esteban de Gormaz, Medinaceli o Sigüenza, y, casi la cuarta parte que la de Almazán, pero muy superior a la de Burgo de Osma. Cuando se analizan estos datos siempre hay que aclarar que no existe una relación lineal entre el aporte y la población, y que en bastantes ocasiones se dio que grandes aljamas aportaron menos que otras de menor población, por lo que la comparación debe hacerse de manera relativa. Según Valero Hernández, en 1490 vivían unas ciento cincuenta familias judías en esta villa.
También hay que indicar que esta aljama solía tributar con los judíos de Fuentepinilla y de Tajueco, por lo que el número de familias judías en Berlanga es aun inferior a la que podría parecer en un primer instante. Hay documentación que además indica que hacia 1470 familias judías de estas tres localidades fueron a vivir a otras localidades cercanas, como Andaluz, Velamazán y Atienza. Esto además, puede ser una de las razones por las que el apellido Yubero, de claro origen judío por la deformación de Yudería a Yubería y de ahí Yubero al perteneciente a esa Yubería, esté muy extendido en esta comarca.
La judería de Berlanga de Duero, según relatan Blas Taracena Aguirre y José Tudela de la Orden en el libro “Guía artística de Soria y su provincia”, se extendía, pasada la puerta de Aguilera, desde el llamado Mirador de las Monjas (que podría ser el Convento de las franciscanas concepcionistas, aunque este no fue construido hasta bien entrado el Siglo XVI) hasta el Jaráiz, o sea, el lagar, que podría ubicarse en el extremo sur de de Berlanga, sin que sepamos tampoco su situación exacta.
Lo que sí está claro es que la judería ocupó una zona en la que hoy en día se conservan calles cuyos topónimos nos permite ubicarla. Las calles de Yubería Baja y Yubería Alta son dos de las calles que sin lugar a dudas nos evocan a la comunidad judía, tal como hemos comentado antes.
Estas calles además, están muy próximas al convento de franciscanas concepcionistas, donde según Valero Hernández se ubicó la sinagoga sin que se haya confirmado ni documental o arqueológicamente hasta la fecha esto.
Mientras duró la tolerancia, desde la promulgación de las Siete Partidas en el Siglo XIII durante el reinado de Alfonso X, la comunidad judía vivió en una relativa calma con el resto de población cristiana y morisca en Berlanga de Duero. No hay documentada ninguna agresión de importancia a esta comunidad durante el Siglo XIV o el Siglo XV, aunque es probable que hechos como los ataques de 1391 a comunidades judías pudieran haberse producido.
Ya hemos comentado que aunque la población judía en la provincia de Soria no fue muy numerosa, hay un dato bastante interesante, y es que si fue alto el número de procesosinquisitoriales por judaizar que se dieron en la provincia tras la expulsión de 1492. Casi 600 casos procesos inquisitoriales se dieron durante el siglo XVI entre las villas de Almazán, Medinaceli y en la propia Berlanga casi una cincuentena, entre 1492 y 1539, según Francisco Cantera Burgos, entre ellos el de María Nuñez.
De origen gótico para marcar el carácter de villa, y presumiblemente utilizado durante las ejecuciones inquisitoriales, hay a la entrada de Berlanga, en la zona llamada eras de la Soledad, una picota o rollo con el escudo de la villa.
Cuenta Juan Manuel Bedoya en sus Memorias históricas de Berlanga que aún en 1775 se podían ver en la Colegiata lienzos, o sambenitos, que tapizaban el muro de la puerta norte donde se podían leer los nombres, apellidos y fecha de los judíos condenados por el tribunal de la Inquisición. Sin embargo, Florentino Zamora, refiriéndose a esto, relata que dichos lienzos, debido a que eran motivo de burla para los vecinos cuyos antepasados fueron objeto del tribunal de la Inquisición, lograron que estos acabaran en la hoguera, perdiéndose sin duda esta fuente documental para el estudio de la población conversa de la villa y de la provincia de Soria.
Bibliografía:
[1] El pasado judío deBerlanga de Duero. Ricardo Muñoz Solla. Convivencia de culturas y sociedades mediterráneas, 2004, ISBN 84-9769-069-9 , págs. 75-90.
[2] Encuentros Judaicos de Tudela (5. 2002) Cristianos, judíos y moros en Berlanga de Duero. Francisco J. Jiménez Caraballo. Celtiberia, ISSN 0528-3647, Año nº 54, Nº 98, 2004 , págs. 41-62.
[3] Guía artística de Soria y su provincia. Blas Taracena y José Tudela. Madrid. Revista de Occidente, 1962.
Hace unos años en los archivos del ayuntamiento se aclaró la verdadera ubicación de la judería de Berlanga, que no es la que hasta entonces se había creido, quizás confundidos con la toponimia del barrio de las Yuberías, que nada tiene que ver con judería y si con los yugueros o labradores que moraban allí. En la cuarta foto de vuestro artículo aparece uno de los pasadizos que cerraban la judería y también se descubrió que la sinagoga estaba en una casa en la calle de las Torres que hasta hace pocos años lucía una entrada con arco conopial
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