jueves, 12 de febrero de 2015

Judíos del Valle del Jarama (II): La Aljama de Torrelaguna

El posible orígen de la actual población de Torrelaguna está en la creación de una aldea independiente de la villa de Uceda, cuando ciudadanos de dicha población se establecen para aprovechar las fértiles vegas al pie de las sierras. Al igual que en el resto de la comarca, se han podido encontrar en su término municipal restos ibéros, aunque posiblemente su núcleo originario se iniciara, al igual que en localidades cercanas como Talamanca, Uceda o Buitrago, bajo dominación romana.

Aunque no hay demasiada información durante la época visigoda, si que durante el periodo musulmán, Torrelaguna adquiere cierta importancia, y ya crónicas de la época indican la existencia de hasta siete barrios.

Arquitectura Popular. Calle del Hospital.
Tras la conquista de Toledo en 1085 y la dominación cristiana del territorio al norte del río Tajo, se inicia en la comarca un periodo de relativa calma. Años más tarde, el arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio, solicita al Rey Juan I de Castilla la separación de Torrelaguna de Uceda, como recompensa por los esfuerzos que los vecinos realizaron en la construcción de la muralla y en el acopio de armas para su defensa frente a los ataques de las tropas musulmanas. La concesión del título de Villa Libre o burgo en 1390, sumado a la concesión de un mercado, supuso para Torrelaguna el inicio de su periodo de prosperidad. Junto a estos privilegios, otros como la protección frente al paso del ganado de la Mesta y exenciones fiscales, aseguraron a los reyes el apoyo de Torrelaguna.

Pero sin duda el momento que marcaría la historia de Torrelaguna social y urbanísticamente se produciría entre finales del s. XV y principios del XVI, coincidiendo con la época de poder del Cardenal Cisneros, que nacería en esta localidad hacia 1436, y con él, la llegada al pueblo de familias ilustres.

Vista de la Torre de la Montera y de la Puerta del Berrueco.
Hasta el siglo XV son bastantes escasas las noticias que se refieren a los judíos de Torrelaguna, y casi todas las que nos han llegado han sido a través de los repartimientos fiscales o de procesos inquisitoriales. Posiblemente los principales oficios que ocuparon los ciudadanos judíos en Torrelaguna estuvieran más relacionados con el comercio y actividades mercantiles, la relación de éstos con el concejo de la Mesta y con  otras profesiones artesanales, descartándose las labores agrícolas, aunque es posible que algunos judíos de la villa trabajasen en los importantes viñedos y huertas que rodeaban a la villa, ya que hay noticias de judíos vecinos de la localidad que poseían viñedos. Es curioso, pese a esto, que sólo haya una crónica de un judío, Ysaque de Bilhorado, que lo relacione con tareas mercantiles.

La práctica de la medicina, actividad típica de la población judía durante la edad media, fue una de las que más relevancia tuvo entre la comunidad judía de Torrelaguna. De hecho, se tiene constancia que con el decreto de expulsión general de 1492, la villa de Torrelaguna se quedó sin, al menos, dos de los cinco médicos que había. Rabí Abraham Qalama y Rabí Levy, que salieron del reino en 1492, regresando más tarde convertidos al cristianismo con los nombres de maestre Enrique y maestre Alonso respectivamente.

Calle de La Montera.
Se tiene además noticia, en relación con la posesión de tierras de cultivo, que el médico Rabí Ley, quien cuando volvió convertido, reclama ciertas viñas que había vendido al marcharse. También la conversa Ynes Elias, mujer del maestre Enrique (o Rabí Abraham Qalama) reclama las «casas e viñas e tierras» que había vendido cuando salió del reino.

Según se desprende de los repartimientos fiscales para la población judía, los judíos de Torrelaguna constuyeron jurídicamente una Aljama. En dichos repartimientos, los judíos de Torrelaguna contribuyeron asi:

1464 - 800 mrs
1472 - 1.000 nirs.
1474 - 1.000 mrs.
1479 - 800 mrs.
1482 - 800 mrs.
1488 - 24.626 mrs
1491 - 24.450 mrs.

A diferencia del resto de la comarca, la comunidad judía de Torrelaguna si tuvo una organización o concejo con autonomía jurídica y religiosa y que administraría su organización interna, teniendo a su cargo una sinagoga, una carnicería e incluso un cementerio.

Sorprende que pese a ser escasa  la documentación sobre la Aljama Torrelagunense, haya llegado a nuestros días documentos que constatatan la existencia de hasta nueve rabíes, lo que nos indica la gran importancia social y religiosa de la Aljama de Torrelaguna dentro de la comarca. Los nombres de los rabíes de Torrelaguna que han llegado en las crónicas hasta nuestros días eran, además de los cinco médicos ya mencionados, Rabí Caqon, Rabí Lezar, Rabí Mose y Rabí Yuçe afatel.

La existencia de la Sinagoga de la Aljama de Torrelaguna ha quedado documentada a través del proceso inquisitorial contra Fernando de Madrid, vecino de Torrelaguna, donde el fiscal inquisitorial acusa al procesado de que “enhiava e enbio azeite a la xinoga, por la devoqion e creengion que en ella tenya”.

Plaza de la Paz. A la derecha, actual Casa de la Cultura, Antiguo Hospital de la Santísima Trinidad.
Se considera que el solar donde se ubicó antiguo Hospital de la SantísimaTrinidad fue en el siglo X mezquita bajo el dominio musulmán, y sinagoga tras la reconquista cristiana en el siglo XI y que pasó a hospital después de la expulsión de los judíos en el siglo XV. Este uso se mantuvo con algunas interrupciones hasta 1967, año en que se cerró como hospital y quedó abandonado hasta que, a finales del siglo XX, el Ayuntamiento lo transforma en Casa de la Cultura y Oficina de Turismo. Hay previsto realizar un estudio arqueológico y excavación que confirmarán si en verdad en este solar se  levantó una sinagoga judía,

A través del mismo proceso inquisitorial comentado antes, queda confirmada la existencia también de una carnicería, ya que en dicho proceso aparece entre los testigos del fiscal un “Jaco de Bilhorado, carnigero, vesino de Tordelagun”, que con mucha probabilidad era el encargado de proveer a la Aljama de Torrelaguna de este servicio.

Es de suponer, aunque esto ya no está ni documentado ni se han encontrado restos arqueológicos, que Torrelaguna debía contar con cementerio judío, ubicado extramuros de la villa. Se conoce por crónicas de la época que entre 1474 y 1492, la aljama de Torrelaguna contaría con unos 306 habitantes judíos, es decir aproximadamente un poco más del 10% de los habitantes totales de la villa, lo que hace inevitable que los enterramientos se realizaran en tierras colindantes a la villa.

 Vistas de la Calle de la Santísima Trinidad.

Como en el caso de Uceda y del resto de juderías y aljamas al norte del Tajo, tampoco la Aljama de Torrelaguna parece que sufrió demasiado durante las persecuciones de 1391, pero no se puede confirmar ya que tampoco hay noticias o crónicas de la época al respecto.

De lo que sí hay noticias es que a raíz de la Carta de apartamiento de los judíos y moros que establecía que en un plazo máximo de dos años todos los moros y judíos debían quedar apartados en barrios aislados, para que no pudieran hacer proselitismo entre la población cristiana, dada en las Cortes de Toledo de 1480, la comunidad judía de Torrelaguna si que tuvo que ubicarse extramuros, ya que en el proceso inquisitorial contra Fernando de Madrid, ya citado, acusa al judío Ysaque Fandan, vecino de Torrelaguna, y dice que se sospecha de él “porque syenpre quiso mal al dicho defunto, por que antes del apartamiento de los judíos morava este falso testigo pared en medio del dicho defunto, e hizo un grande agujero en un tabyque el dicho Fandari...”

Aunque no hay documentos suficientes que confirmen donde se ubicaba la judería antes del apartamiento, si que si la Sinagoga estuvo donde más tarde se ubicó el Antiguo Hospital de la Santísima Trinidad, podemos pensar que la Aljama de Torrelaguna pudiera ubicarse alrededor.

Así, posiblemente, la aljama se articuló intramuros, al sureste de la villa, entre las actuales calles de Burgos, Santísima Trinidad, Calle del Hospital, Plaza del Cardenal Cisneros y Calle Montera, formando una composición urbanística cerrada. Recordemos que tras el decreto de expulsión, la mayoría de las calles cambiaron sus nombres a referencias cristianas. 

Vistas del Arco del Cristo y la Calle de Burgos.

Interesante es que la plaza a la que se accede saliendo de la judería por la Puerta del Cristo, tenga el nombre de Plaza del Matadero, con lo cual, y sabiendo que la Aljama de Torrelaguna tenía carnicería, deba su nombre a que aquí se encontraba la carnicería de la comunidad judía, que como bien se sabe, estaba siempre cerca de la judería pero lo más cercana a alguna corriente fluvial para eliminar la sangre y los despojos de los sacrificios que allí se realizaban.

Vista de la Plaza del Matadero.
Es posible que, tras el decreto de apartamiento, los judíos pasaran a vivir al arrabal extramuros, al otro lado del arroyo, pero de esto no hay documentos que lo atestigüen.

Como dato curioso pero sin corroboración documental, hay un comentario popular que cuenta que los varones judíos de Torrelaguna tenían por costumbre casarse con doncellas de Cobeña.



[1]  Judíos y conversos de Torrelaguna (madrid) en tiempos de la expulsión. Enrique Cantera Montenegro. Universidad de Madrid.
[2] Judios de Torrelaguna a finales del S.XV. Enrique Cantera Montenegro
Anales de estudios madrileños, tomo XVIII.
[3]  Judíos de Torrelaguna: Retorno de algunos expulsados entre 1493 y 1495. Luís Suárez Fernández. Revista Sefarad, XXXIX (1979), págs. 333-346.
[4] Los judíos de Madrid en el siglo XV: Las Minutas de los escribanos. Gonzalo Viñuales Ferreiro. Espacio, tiempo y forma, Serie III, Hª Medieval, t. 15, 2002, págs. 287-305.
[5] Las ciudades castellanas y sus juderías.  Fernando Suárez Bilbao
[6] Judaizantes del arzobispado de Toledo habilitados por la inquisición en 1495. Francisco Cantero Burgos y Pilar León Tello. Universidad Complutense de Madrid, 1969.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Judíos en el Valle del Jarama: La Judería de Uceda

Vista del Ayuntamiento de Uceda. Parte de la antigua Cartuja. Plaza Mayor.
Asomada a la cornisa del alto valle del río Jarama, se encuentra la localidad que daría durante un amplio periodo tiempo en la edad media, nombre a las tierras que la circundaban; La villa de Uceda, ahora población reducida, fue junto a la cercana Torrelaguna, una de las poblaciones más importantes de este extremo de la campiña alcarreña. Y es que la historia de esta villa estará siempre condicionada por su  localización geográfica.

Con restos del Paleolítico, de la edad de bronce y de un pequeño segmento de una calzada romana a los pies de la villa, en la llamada cuesta de la  Varga (nombre posiblemente de origen celtíbero de la voz “berg”, altura), se confirma que la villa ya tuvo pobladores por ser un lugar con un amplio control sobre el alto valle del Jarama. De hecho, el mismo topónimo de la villa parece provenir, según algunos historiadores, de la antigua ciudad romana “Vescelia” o “Uscelia”, conquistada por las tropas romanas hacia el 190 a.c. ya que este lugar poseía cierto valor estratégico.

Restos del Castillo de Uceda.
Bajo dominio visigodo, la zona no resalta significativamente, siendo rápidamente conquistada por los musulmanes cuando entran en la Península Ibérica en el 714. Sin embargo, éstos si se interesan de nuevo por su posición, y construyen una fortificación y unas murallas hacia el S. IX., hoy prácticamente desaparecidos y de los que tan sólo quedan vestigios mal conservados. El castillo, al ser inexpugnable por sus lados norte y oeste, que dan al  valle del Jarama y quedando unido al pueblo sólo al este, fue una plaza de difícil conquista por parte de las tropas cristianas durante el avance de los reinos cristianos hacia el sur.

La primera referencia de Uceda aparece hacia el 1040, cuando Fernando I de León conquista su fortaleza cuando lucha contra las tropas musulmanas de otra plaza fortificada como fue Buitrago de Lozoya

Hay autores que afirman que el nombre de la villa de Uceda proviene de Iudea (Judea), debido a la gran cantidad de judíos que vivían en esta localidad durante esta época alto medieval, aunque de momento no está del todo corroborado. Julio Caro Baroja en su libro “Los judíos en la España moderna y contemporánea”, Vol.3, indica que a los naturales de Uceda y de poblaciones cercanas dependientes de esta localidad, se les apoda “judíos”. De hecho hay un pequeño soneto que dice:

Si vas al Cubillo, lleva pan en el Bolsillo.
En Uceda son judíos, las campanas lo declaran,
En el Cubillo tramposos, porque deben y no pagan”.

Lo que sí confirma es que durante mucho tiempo, la población judía fue abundante en la villa de Uceda.

Tras la toma de Alfonso VI de Toledo hacia el 1085, Uceda pasa definitivamente a manos cristianas, y por su posición estratégica, bajo poder directo de los Reyes de Castilla, otorgándoles éstos fuero propio y un amplio control sobre el territorio de la Comunidad de Villa yTierra de Uceda.


La presencia judía en Uceda queda registrada en el Padrón de Huete. De las dieciséis aljamas y juderías que se registran en el espacio al sur del Sistema Central, la judería de Uceda no sobresale como  importante, aunque sí, tal como aclararía Carlos Carrete Parrondo en su obra  «El repartimiento de Huete de 1290», a lo largo de la baja edad media iría adquiriendo mayor importancia, junto a las de Alcalá de Henares, Buitrago o Zorita.

Considerada como Judería menor, es decir, sin rango de Aljama, tributó unos 2.841 maravedíes dando, según palabras de González en su libro “Repoblación de Castilla" , hasta 200 hebreos.

Posiblemente, al igual que en otras partes de Castilla, los judíos de Uceda tenían como principal profesión la del comercio; el tránsito entre uno y otro lado de la Sierra Somosierra, y las vías entre Buitrago e Hita hiceron de uceda un centro un importante de transacciones donde numerosos comerciantes judíos pudieron ubicarse. 

Durante los ataques antijudíos que se produjeron a lo largo de la península en 1391, parece que la judería de Uceda se mantuvo relativamente tranquila, como indica  Gonzalo Viñuales Ferreiro en su trabajo “El pogrom de 1391 en la diócesis de Toledo. ¿Legitimidad, identidad y violencia en la castilla de la baja edad media?“ [3],  debido a la protección que le procuró la Casa del Infantado, ya que Uceda estuvo bajo proteccion de Los Mendoza durante el siglo XIV y XV, como el resto de la provincia de Guadalajara.

Hacia los años 1463 y 1464, Uceda, junto con Alcalá de Henares, Torrelaguna, Talamanca y Mondéjar, tributaban del orden de 800 a 1200 maravedíes y Madoz estima que en el S. XVI, la villa contaría con 500 vecinos, es decir, 2.500 almas. Y hacia el 1474, en el repartimiento realizado por el por Rabí Jacob Aben-Núñez, juez mayor de los judíos y médico del rey  Enrique IV, Uceda contribuye con 800 maravedíes (Amador de los Ríos, Historia, tomo III, pág. 599 y 600). Por lo que todo indica que hacia finales del S. XV la población judía en Uceda habría aumentado considerablemente.

«El aljama de los judíos de Tordelaguna, é sin los judíos de Uceda é Talamanca, mil maravedís. El aljama de los judíos de Uceda, ochocientos maravedís. Los judíos de Talamanca é de Algete, setecientos maravedís. El aljama de los judíos de Buitrago, tres mil é trescientos maravedís. El aljama de los judíos de Alcalá de Henares, sin los judíos que moran en Cobeña, cinco mil maravedís. Los judíos que moran en Cobeña, quinientos maravedís. Los judíos que moran en Madrid, con los judíos que moran en Ciempozuelos, é en Pinto, é en Barajas é en Torrejón de Velasco, mil é doscientos maravedís.»

Llegado el año 1492, los judíos de Uceda y de la Tierra de Uceda se ven forzados o a marcharse del reino de Castilla o convertirse. La mayoría huirían hacia Portugal, aunque muchos otros, tal como lo confirman en los numerosos procesos inquisitoriales de los años siguientes, preferirán la coversión.

En el proceso inquisitorial seguido contra Francisco de Murcia, converso, vecino de Uceda, aparece como testigo de abono un Francisco Pérez, escribano, vecino de Torrelaguna, de unos cuarenta y ocho años, que «no sabe dónde se volvió chistiano porque era chico». Su padre, madre y hermanos se habían bautizado en Torrelaguna, «el mismo año que tos judíos fueron echados de Castilla».

En otro proceso, este contra Diego de Acosta, otro vecino de Uceda, figura: mujer de Sebastián de la Vega, vecino de Uceda, que tenía un hermano en Torrelaguna «christiano nuevo de judio» y que en 1492, «su madre fue con ellos a Cartagena para desde allí salir fuera de España, pero allí se bautizaron todos».

También hay documentado el hecho de que un judío de la villa de Uceda y que huyó de la persecución de la Inquisición, tenía en propiedad más de 300 mulas, comerciaba directamente con portugueses, y hacia Portugal huyó desde la zona.

Por último, hay que resaltar que una de las figuras más veneradas de Madrid, SantaMaría de la Cabeza, María Toribia, fue oriunda de Caraquiz, (otros autores la localizan en la cercana villa de Cobeña) y de origen judeoconverso a finales del siglo XI o principios del XII. Parece que sus primeros años vivió en Uceda hasta la muerte de sus padres, en la que se trasladaría a Torrelaguna a vivir con unos parientes.

Zona donde se ubicó en la edad media el entramado urbanístico intramuros de Uceda.
En cuanto a la localización de la población judía en Uceda, no hay o, de momento, no se han encontrado restos arqueológicos que den pie a localizarla. Tampoco hay constancia de sinagoga o carnicería que diesen servicio a la comunidad. Es posible que la comunidad habitara el arrabal de la villa, es decir, viviera extramuros durante la baja edad media, lo que hoy en día ha dado lugar al entramado urbanístico de la villa.

Calle de San Juan. Zona del Arrabal y actual zona urbana de Uceda.
 

Bibliografía:

[1] Las juderías medievales en la provincia de Guadalajara. Francisco Cantera y Burgos, Carlos Carrete Parrondo
Sefarad: Revista de Estudios Hebraicos y Sefardíes, ISSN 0037-0894, Año 33, Nº. 1, 1973 , págs. 3-44
[2] La Inquisición de Torquemada. Secretos íntimos / Isidore Loeb, H. Graetz, Fidel Fita
[3] El pogrom de 1391 en la diócesis de Toledo. ¿legitimidad, identidad y violencia en la castilla de la baja edad media? Gonzalo Viñuales Ferreiro. Universidad Rey Juan Carlos

[4] Judíos y conversos de Torretaguna (Madrid) en tiempos de la expulsión. Enrique Cantera Montenegro. Universidad de Madrid.
[5] «El repartimiento de Huete de 1290», en Sefarad, XXXVI, (1976), p. 127. Carlos CARRETE PARRONDO
[6] “Los judíos en la España moderna y contemporánea”, Vol.3 Julio Caro Baroja en su libro
[7] Gentilicios españoles. Tomás de la Torre Aparicio y José de la Torre
[8] Santa María de la Cabeza, única santa nacida en la provincia de Guadalajara (Carquiz, Uceda), de origen judeoconverso. Teresa Díaz Díaz