El posible orígen de la actual población de Torrelaguna está en la creación de una aldea
independiente de la villa de Uceda, cuando ciudadanos de dicha
población se establecen para
aprovechar las fértiles vegas al pie de las sierras. Al igual que en el resto
de la comarca, se han podido encontrar en su término municipal restos ibéros, aunque posiblemente su núcleo originario se iniciara, al
igual que en localidades cercanas como Talamanca, Uceda o Buitrago, bajo dominación
romana.
Aunque no hay demasiada información durante la época visigoda, si que
durante el periodo musulmán, Torrelaguna adquiere cierta importancia, y ya crónicas de la época indican la existencia de hasta siete barrios.
Arquitectura Popular. Calle del Hospital. |
Pero sin duda el momento que marcaría la historia de Torrelaguna social y
urbanísticamente se produciría entre finales del s. XV y principios del XVI,
coincidiendo con la época de poder del Cardenal Cisneros, que nacería en esta
localidad hacia 1436, y con él, la llegada al pueblo de familias ilustres.
Vista de la Torre de la Montera y de la Puerta del Berrueco. |
La práctica de la medicina, actividad típica de la población judía durante la edad media, fue
una de las que más relevancia tuvo entre la comunidad judía de
Torrelaguna. De hecho, se tiene constancia que con el decreto de expulsión
general de 1492, la villa de Torrelaguna se quedó sin, al menos, dos de los cinco
médicos que había. Rabí Abraham Qalama y Rabí Levy, que salieron del reino en 1492, regresando
más tarde convertidos al cristianismo con los nombres de maestre Enrique y
maestre Alonso respectivamente.
Calle de La Montera. |
Según se desprende de los repartimientos fiscales para la población judía,
los judíos de Torrelaguna constuyeron jurídicamente una Aljama. En dichos repartimientos, los
judíos de Torrelaguna contribuyeron asi:
1464 - 800 mrs
1472 - 1.000
nirs.
1474 - 1.000
mrs.
1479 - 800 mrs.
1482 - 800 mrs.
1488 - 24.626 mrs
1491 - 24.450 mrs.
A diferencia del resto de la comarca, la comunidad judía de Torrelaguna si
tuvo una organización o concejo con autonomía jurídica y
religiosa y que administraría su organización interna, teniendo a su cargo una sinagoga,
una carnicería e incluso un cementerio.
Sorprende que pese a ser escasa la
documentación sobre la Aljama Torrelagunense, haya llegado a nuestros días
documentos que constatatan la existencia de hasta nueve rabíes, lo que nos
indica la gran importancia social y religiosa de la Aljama de Torrelaguna dentro
de la comarca. Los nombres de los rabíes de Torrelaguna que han llegado en las crónicas hasta nuestros días eran, además de los cinco médicos ya mencionados,
Rabí Caqon, Rabí Lezar, Rabí Mose y Rabí Yuçe afatel.
La existencia de la Sinagoga de la Aljama de Torrelaguna ha quedado
documentada a través del proceso inquisitorial contra Fernando de Madrid,
vecino de Torrelaguna, donde el fiscal inquisitorial acusa al procesado de que “enhiava e
enbio azeite a la xinoga, por la devoqion e creengion que en ella tenya”.
Plaza de la Paz. A la derecha, actual Casa de la Cultura, Antiguo Hospital de la Santísima Trinidad. |
A través del mismo proceso inquisitorial comentado antes, queda confirmada
la existencia también de una carnicería, ya que en dicho proceso aparece entre los
testigos del fiscal un “Jaco de Bilhorado, carnigero, vesino de Tordelagun”,
que con mucha probabilidad era el encargado de proveer a la Aljama de
Torrelaguna de este servicio.
Es de suponer, aunque esto ya no está ni documentado ni se han encontrado
restos arqueológicos, que Torrelaguna debía contar con cementerio judío,
ubicado extramuros de la villa. Se conoce por crónicas de la época que entre
1474 y 1492, la aljama de Torrelaguna contaría con unos 306 habitantes judíos,
es decir aproximadamente un poco más del 10% de los habitantes totales de la
villa, lo que hace inevitable que los enterramientos se realizaran en tierras colindantes a la villa.
Como en el caso de Uceda y del resto de juderías y aljamas al norte del
Tajo, tampoco la Aljama de Torrelaguna parece que sufrió demasiado durante las
persecuciones de 1391, pero no se puede confirmar ya que tampoco hay noticias o crónicas de la época al respecto.
De lo que sí hay noticias es que a raíz de la Carta de apartamiento de los
judíos y moros que establecía que en un plazo máximo de dos años todos los
moros y judíos debían quedar apartados en barrios aislados, para que no
pudieran hacer proselitismo entre la población cristiana, dada en las Cortes de
Toledo de 1480, la comunidad judía de Torrelaguna si que tuvo que ubicarse
extramuros, ya que en el proceso inquisitorial contra Fernando de Madrid, ya
citado, acusa al judío Ysaque Fandan,
vecino de Torrelaguna, y dice que se sospecha de él “porque syenpre quiso
mal al dicho defunto, por que antes del apartamiento de los judíos morava este
falso testigo pared en medio del dicho defunto, e hizo un grande agujero en un
tabyque el dicho Fandari...”
Aunque no hay documentos suficientes que confirmen donde se ubicaba la
judería antes del apartamiento, si que si la Sinagoga estuvo donde más tarde se ubicó el Antiguo Hospital de la Santísima Trinidad, podemos pensar que la Aljama de Torrelaguna pudiera ubicarse alrededor.
Así, posiblemente, la aljama se articuló intramuros, al sureste de la villa, entre las actuales calles de Burgos, Santísima Trinidad, Calle del Hospital, Plaza del Cardenal Cisneros y Calle Montera, formando una composición urbanística cerrada. Recordemos que tras el decreto de expulsión, la mayoría de las calles cambiaron sus nombres a referencias cristianas.
Interesante es que la plaza a la que se accede saliendo de la judería por la Puerta del Cristo, tenga el nombre de Plaza del Matadero, con lo cual, y sabiendo que la Aljama de Torrelaguna tenía carnicería, deba su nombre a que aquí se encontraba la carnicería de la comunidad judía, que como bien se sabe, estaba siempre cerca de la judería pero lo más cercana a alguna corriente fluvial para eliminar la sangre y los despojos de los sacrificios que allí se realizaban.
Así, posiblemente, la aljama se articuló intramuros, al sureste de la villa, entre las actuales calles de Burgos, Santísima Trinidad, Calle del Hospital, Plaza del Cardenal Cisneros y Calle Montera, formando una composición urbanística cerrada. Recordemos que tras el decreto de expulsión, la mayoría de las calles cambiaron sus nombres a referencias cristianas.
Vistas del Arco del Cristo y la Calle de Burgos.
Interesante es que la plaza a la que se accede saliendo de la judería por la Puerta del Cristo, tenga el nombre de Plaza del Matadero, con lo cual, y sabiendo que la Aljama de Torrelaguna tenía carnicería, deba su nombre a que aquí se encontraba la carnicería de la comunidad judía, que como bien se sabe, estaba siempre cerca de la judería pero lo más cercana a alguna corriente fluvial para eliminar la sangre y los despojos de los sacrificios que allí se realizaban.
Vista de la Plaza del Matadero. |
[1] Judíos y conversos de Torrelaguna (madrid) en tiempos de la expulsión. Enrique Cantera Montenegro. Universidad de Madrid.
[2] Judios de Torrelaguna a finales del S.XV. Enrique Cantera Montenegro
Anales de estudios madrileños, tomo XVIII.
Anales de estudios madrileños, tomo XVIII.
[3] Judíos de Torrelaguna: Retorno
de algunos expulsados entre 1493 y 1495. Luís Suárez Fernández. Revista Sefarad,
XXXIX (1979), págs. 333-346.
[4] Los judíos de Madrid en el siglo XV: Las Minutas de los escribanos. Gonzalo
Viñuales Ferreiro. Espacio, tiempo y forma, Serie III, Hª Medieval, t. 15,
2002, págs. 287-305.
[5] Las ciudades castellanas y sus juderías. Fernando Suárez Bilbao
[6] Judaizantes del arzobispado de Toledo habilitados por la inquisición en
1495. Francisco Cantero Burgos y Pilar León Tello. Universidad Complutense de
Madrid, 1969.